lunes, 14 de marzo de 2011

Con turbante y (bombardeando) a lo loco


Sentado en su trono apuntalado por miles de litros de petróleo y sangre, protegido por sus 60 amazonas vírgenes, bajo el cielo estrellado del inexpugnable desierto líbico, el sanguinario payaso de Trípoli contempla como su país se desangra por la lacerante herida infringida por el ansia de libertad, intocable en su burbuja de oro negro, sabedor de que nada torcerá su voluntad una vez más.

En mi imaginación, lo veo tomando parsimoniosamente un “shai”, ataviado con cualquiera de sus estrafalarias prendas que simulan ser un homenaje modista a las tradiciones africanas, hojeando las portadas de los periódicos mundiales, donde es denigrado y acusado de genocida, con sonrisa burlona, orgulloso de su resistencia, convencido de su eternidad. Es un superviviente, los numerosos intentos de apartarle del poder a lo largo de los años han acabado con el fusilamiento de los que osaron alzar la voz contra él, con la vergonzosa connivencia mundial ante sus delitos. Es una deidad intemporal, un ser superior, un iluminado, un símbolo de la revolución de 1969, perenne en la historia..

Se muestra desafiante ante las cámaras, incluso obsequia con algunas risas a los periodistas que le interpelan sobre su posible marcha, convencido de que la Primavera árabe no tocará a su puerta. Egipto y Túnez fueron regímenes frágiles que sucumbieron a las manifestaciones por la democracia., unos cobardes que no osaron usar las armas contra su pueblo para afianzarse en el poder, unos inútiles que no lograron controlar al ejército. Él fue más astuto, más sagaz, más cruel. Dejó de lado a su ejército convencional del cual desconfiaba, fundó su propia guardia pretoriana, y para evitar problemas de conciencia de los soldados que disparaban contra su propia gente, completó el cuadro con mercenarios subsaharianos sin nada que perder. El sueño de libertad se desvanece con el paso de los días. Nada cambiará en Libia. La sangre derramada sólo servirá para que el régimen refuerce su censura y su represión ante la población civil.

Mientras la comunidad internacional da una nueva lección de ineptitud, deliberando sobre un zona de exclusión aérea que en cualquier caso siempre llegaría demasiado tarde y ni tan siquiera serviría para equilibrar mínimamente la contienda, las tropas leales a Gadafi cabalgan hacia la capital rebelde, Bengasi, donde se teme una matanza de proporciones bíblicas.

Aquel revolucionario que quiso encarnarse en patriarca de Africa se ha convertido en el mayor escollo para el despertar árabe. Ha demostrado que no hay revolución sin fusiles. Que el romanticismo desatado tras la caída de sus dos amigotes, carece de razón de ser. Hay una cruda realidad ante la cual el mundo cerraba los ojos. Los dictadores no los pone y quita la sociedad, sino las armas y la sangre. De nada servirán las multitudinarias manifestaciones, el grito del hambre, el deseo de dignidad. Serán reprimidos, torturados, ajusticiados. Las leyes mundiales impiden la intervención en asuntos nacionales, excepto en casos muy contados con un sinfín de condiciones y reuniones.
Y mientras el horror se extiende por Libia, asistimos a la interminable sucesión de reuniones, donde los mandatarios más poderosos del mundo hacen un paripé anodino, simulando mover hilos hacia ninguna parte. Eso sí, el sátrapa ha conseguido lo impensable. Demostrar ante el mundo que la hipocresía no es propiedad absoluta de occidente, sino que es un patrimonio universal. Nadie le ha negado nunca el saludo, nadie se opuso a su “peculiar” manera de llevar un país carente de intituciones. Da igual sea Occidente o los denominados antiimperialistas. Los anti-sistema han languidecido ante la respuesta de Chávez a la crisis. Los partidarios del mundo occidental se avergüenzan de las fotografías publicadas en los periódicos de sus máximos mandatarios, en pose sonriente junto al autodenominado líder libio.

Pero no hay problema, dentro de un tiempo, Chomsky escribirá un brillante artículo, demostrando fehacientemente los lazos de los rebeldes con el gobierno americano, y de esta manera, todos los supuestos antisistema limpiaran su conciencia por haberse opuesto a una intervención exterior con la vibrante prosa del ídolo antisistema. Con el tiempo, Gadafi será rehabilitado y los millonarios contratos petrolíferos dejarán patente la hipocresía occidental llenando las arcas de su prole.

Cúal es el límite del principio de no-ingerencia en asuntos nacionales? Qué es necesario que se vea por televisión para que la comunidad internacional actúe? Cúanta sangre más se ha de derramar para que se alcance ese llamado “deterioro objetivo de la situación” al que tanto aducen las instituciones internacionales?

Estados Unidos perdió su credibilidad como defensor de la libertad con su cínica política exterior durante el siglo XX en Sudamérica, y acabó de enterrarse en el laberinto iraquí. La comunidad internacional está demasiado fragmentada como para tomar decisiones de calado, y lo único que consigue eso es sentar un peligroso precedente: hay barra libre de sangre. Cualquier dictador que decida sofocar una revuelta mediante las armas tendrá en su favor la más absoluta impunidad. Lo acontecido en Libia marcará un definitivo punto de inflexión en las revueltas árabes.

El hombre que desafía al mundo, el mismo personaje díscolo que es capaz de contratar decenas de azafatas en Roma para adoctrinarlas sobre el Corán, el que planta en un parque en medio de una ciudad su jaima allí donde vaya, el que transporta en aviones camellas para beberse su leche durante reuniones internacionales, permanece en su sitio, en su trono, en su nube celestial.

Y lo único que quedarán serán los escombros de un sueño y la terrible impotencia de quién no tiene el destino en sus manos.

4 comentarios:

  1. Que verbo más impresionante, lo defines con la astucia académica liberal que tu sociedad te ha brindado, pero tu error está en el plagio que obstenta la magnitud de tus palabras. Que lo maten ya y habrá un malo menos en el mundo!!!!
    Un Catalán que te conoce...

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  2. Que significa el verbo obstentar? lo he buscado en la RAE y ni rastro...

    Yo liberal?xDDDD

    P.D. Np he apostado por un asesinato, dudo que sea la solución. Por cierto, de donde se supone que lo he plagiado?

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  3. las prisas... sobra la "B" listillo
    liberal de pornografico, listillo
    de la BBC, listillo

    Listillo = inteligente, mamón, pero inteligente

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  4. Aunque es cierto lo de pornográfico, no le encuentro lugar en este post.
    Siento decepcionar, no gasto de BBC, siempre he sido más de AlJazeera. Y no, no plagié en este caso (sólo en este caso) ;)

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